Localidad: AGUILAR DE BUREBA

LA IGLESIA DE AGUILAR DE BUREBA:

 “Santa Maria La Mayor.”

 

   

      1. Arquitectura

      Tal cual ha llegado hasta nosotros, aparece un tanto desfigurada por las sucesivas construcciones añadidas en distintas épocas, que ocultan algunos de los elementos característicos del arte románico al que pertenece. Sigue las líneas generales de las iglesias rurales románicas, que pretenden ser como un remedo de las grandes iglesias monacales benedictinas. De estas toman los elementos arquitectónicos de mayor belleza, como son: portada, ventanales, cúpula central con su torre y el ábside.

        Fue construida siguiendo la escuela de Oña en la última década del siglo XI y el primer lustro del siglo XII.

        La planta consta de ábside con su ensanche, tras el hemiciclo que le da una cierta profundidad; éste tiene bóveda de horno y se ilumina con sus tres ventanales. Sólo se conservan en su originalidad el de la banda Norte y el del hemiciclo.

        Tras el arco triunfal, doblado por ambas partes, se eleva una cúpula sobre pechinas al estilo de las bizantinas; el centro de la misma no aparece cerrado, como en el resto de las existentes en la provincia. Sobre el orificio se levanta una linterna de factura moderna, que ilumina magníficamente esta parte del templo. Sobre la cúpula se eleva un cuadrilátero que debió de tener cuerpo de campanas.

        Siguen dos cuerpos o tramos abovedados con cañón apuntado y divididos por fajón apoyado sobre columnas. En el primer tramo, junto a la columna y contrafuerte del lado Norte de la cúpula, se halla el segundo tramo de escalera de la subida al cuerpo de campanas de la torre sobre la cúpula. Esta escalera se ha descubierto recientemente y está practicada en el grueso del muro románico; la forman 26 escalones hasta llegar a la antigua torre y, con toda seguridad, daba acceso a una estancia actualmente desaparecida, pero de la que se aprecia un arco románico en el exterior de la iglesia (está documentalmente probada la existencia de un monasterio de monjas). Este elemento es desconocido en tierras burgalesas en edificios de esta época.

        Al hastial Oeste se abre la gran portada del templo, con características de un arte románico avanzado, compuesta de tres archivoltas apoyadas sobre pilastras; se adornan con motivos vegetales y geométricos. Sobre la portada se abre un ventanal de arco de medio punto, apoyado en columnas y protegido con guardapolvo de puntas de diamante.

        Toda la construcción es de piedra de sillería que, especialmente en el ábside, necesita de una urgente reparación.

 

     2. Decoración

    La decoración de la iglesia se centra, fundamentalmente, en el ábside, los capiteles y la portada.

      El ábside conserva un buen grupo de canecillos con representaciones humanas y zoomórficas. Los capiteles de las columnas que dividen el hemiciclo se adornan con motivos vegetales de palmetas. En el ventanal central del hemiciclo se conservan capiteles con representaciones de luchas entre dragones y caballeros. La nave conserva canecillos de tipo geométrico.

        La mayor riqueza escultórica se encuentra en el interior. En la ventana del muro Norte y en sus capiteles aparecen dragones afrontados. El arco triunfal se apoya en capiteles esculturados con escenas. El de la izquierda, de fina talla y difícil interpretación, muestra un personaje a caballo, cuyas patas delanteras pisan la cabeza de un hombre tirado en tierra; en otra cara del mismo capitel se representa una especie de balcón con dos arcos, en los que aparecen dos personajes contemplando la escena anterior. El resto de las caras lleva otras representaciones de gran valor iconográfico, completado con la decoración del ábaco con cóleos, con cabezas humanas en las esquinas. El capitel de la derecha representa dos parejas de aves afrontadas, con cabezas de gallo y colas de reptil, rematadas en cabeza de serpiente.

        Los otros dos capiteles de los arcos que sostienen la cúpula son más sencillos: el de la derecha, con elementos geométricos incisos que recuerdan lo celta; el de la izquierda, to talmente liso con volutas de concha.

        La portada, con decoración barroca, así como la espadaña de tres cuerpos que la remata, son ya muy posteriores, del siglo XVIII.

 

       3. Evolución a través de los siglos

       La iglesia parece que llegó intacta, tal como se ha descrito, hasta el siglo XV, en que sufre una considerable reforma que afecta a los dos últimos tramos.

      En estos se construye un coro alto con bóveda estrellada y la subida al mismo a través de un husillo en el muro Norte, que desemboca en un pasillo sobre arcos que lleva al coro. Todo ello, pasillo y coro, van protegidos con una balaustrada de tracerías flamígeras.

      Posteriormente la iglesia se enriquece con dos capillas al Norte y al Sur, dándola planta de cruz latina. Estas capillas se cubren con bóvedas de crucería con terceletes, ya dentro del estilo plateresco. La del lado del Evangelio se abre al exterior mediante una pequeña ventana con decoración del siglo XVI a base de estrellas.

       En el siglo XVIII nuevas construcciones ocultan al exterior casi todo el edificio románico. Al Nordeste se levanta la sacristía (sin valor arquitectónico), que oculta una parte del ábside y el ventanal del mismo. Se deja inutilizada la escalera del siglo XV-XVI de subida al coro y se construye otra más solemne y amplia, adosada al muro Sur y con entrada por la capilla lateral. La portada se protege con un pórtico cubierto con sencilla bóveda de arista. Sobre este hastial se eleva el cuerpo de campanas en forma de espadaña con tres pisos, cinco ventanales en progresiva disminución, para alojar las mismas.

      A finales del XVIII o principios del XIX, el muro Norte de la iglesia queda totalmente oculto con un nuevo edificio que servirá de almacén y de trojes, en el que se emplean elementos románicos, posiblemente de la misma iglesia.
      Igualmente del siglo XVIII es el retablo mayor, de estilo rococó. Los dos retablos laterales, adosados a los muros frontales
de las capillas, son ambos obra de Antonio de Elejalde, escultor burgalés del segundo tercio del siglo XVI; obras de importancia dentro de su estilo. Estos retablos, pintados por Diego de Torres y Juan de Cea, fueron valorados en 1580 en 27.000 maravedíes.

 

       4. Restauración

       En 1953 fue restaurada toda la iglesia, principalmente en sus interiores, descubriéndose elementos de gran interés. Los gastos de la misma fueron sufragados por suscripción vecinal y una aportación del Erario diocesano. Sin embargo, en la actualidad necesita de una reparación urgente. Como trabajo de perentoria necesidad para la conservación y embellecimiento del templo, está el de reponer varias hileras de piedras en el ábside y exteriores de las capillas. Se debería eliminar la sacristía, para dar visibilidad a todo el ábside y así consolidarle en su totalidad. Se debe suprimir el edificio de las trojes y retranquear el mismo. Suprimir asimismo la escalera de subida al coro adosada al muro Sur, reduciendo la altura del edificio. Las disminuciones de altura en estos cuerpos permitirían ver toda la obra románica de cornisa y canecillos. Y quizá, la desaparición o reforma del pórtico, que oculta en buena parte el hastial Oeste de la iglesia.

        En 1983 era declarada monumento histórico-artístico de carácter nacional.