Las fiestas durante el primer día tras la lectura del pregón.
Al finalizar la lectura del pregón por parte de su autora, Marichu Martínez Calzada, se procedió a la bajada del Guiller, seguida de una gran traca, que hizo la delicia de la mayoría de los asistentes, aunque, en algunos casos, sobre todo entre la gente menuda las lágrimas y los lloros fue lo más común.
Entretanto, los encargados de preparar la merienda, se esforzaban en dar los últimos toques para que todo estuviera a punto a su debido tiempo.
Un huevo cocido, un trozo de bonito, el chorizo, una cuña de queso y el correspondiente pedazo de pan, todo ello regado con un buen vino, componen la merienda que se viene ofreciendo a los asistentes a la fiesta desde hace muchos años. Sentados en las mesas colocadas en el interior de la carpa instalada para las fiestas, los más de ciento cincuenta comensales, fueron dando cuenta de sus correspondientes viandas.
Finalizada la merienda, por parte del Ayuntamiento se hizo entrega de unas placas de agradecimiento al párroco de Aguilar, Don Delfino y, a todos aquellos aguiluchos que, año tras año, hacen todo lo posible para que los ejercicios de San Francisco, únicos en toda la Bureba, se sigan realizando.
A estas horas se iniciaba el corro que se mantuvo hasta altas horas de la noche.
Finalizada la entrega de las placas, un mago se encargó de hacer pasar un rato agradable a mayores y niños, para finalizar con una gran verbena hasta altas horas de la noche.
Como broche final, al finalizar la verbena, una gran chocolatada puso el punto y final a este primer día de fiestas.